Thursday, February 4, 2010

A CONTRATIEMPO

Algo salió mal. El hombre del jet lag eterno medita sobre el origen de su inoportuna condición. Reconstruye uno por uno los acontecimientos de aquel extraño vuelo transoceánico. La tormenta eléctrica a la altura de los Urales, el eclipse de sol justo antes de aterrizar en JFK. Y cuenta las horas de su desequilibrio: una por cada meridiano atravesado. La descompensación se ha aferrado a su reloj interno como un catarro mal curado se traba en los pulmones. Intentó despegárselo con los métodos de siempre. Cuando el ejercicio físico y la vitamina B12 fracasaron, pudo más la desesperación que el escepticismo y probó suerte con otros remedios caseros. Contuvo la respiración hasta el desmayo, bebió tres vasos de agua de un solo trago, y guardó bajo la almohada el billete de vuelta. Pero el jet lag, una impertinencia pasajera para el resto de los mortales, se niega a abandonarlo.

Cuentan que le han visto cenar café y tostadas con mantequilla. Que no se va a la cama si no ha contemplado el amanecer. Que ha descubierto un universo paralelo poblado por repartidores de periódico y leche fresca, recogedores de basuras y ratoncitos Pérez. Y que fascinado por este mundo antes invisible a sus ojos, prefiere vivir a contratiempo.

4 comments:

  1. Me encantó. De veras.
    Esos pequeños pasajes de la vida cotidiana pasados al absurdo me parecen entrañables. Muy bien.
    W!LL

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