Friday, January 29, 2010

PRECARIEDAD LABORAL

Harta ya de tanta explotación, la Envidia se puso en huelga. Rotuló en pancartas gigantescas los puntos principales del convenio de su gremio. Aquel acuerdo pactado con los sindicatos que todos desoían sistemáticamente. “NO a las horas extras”, “NO al trabajo forzado en festivos y fines de semana”. Y salió a la calle. Ante la falta de apoyo mediático, a la manifestación le siguió un paro generalizado. Fue entonces cuando el mundo entero enmudeció. Las revistas del corazón adelgazaron su lomo en varios milímetros y sus equipos de redacción en varios empleados. En las peluquerías se combatía el incómodo silencio a base de un hilo musical insípido incapaz de reemplazar las animadas conversaciones de antaño. Se desplomaron las ventas de coches de lujo descapotables. De pantallas de plasma de 60 pulgadas. Nadie volvió a colgar en facebook las fotos de sus vacaciones a todo trapo en el Caribe, ni las de las fiestas desenfrenadas en el último club de moda ¿Para qué? Carente de valores, de rumbo, la sociedad internacional se movilizó y presionó a sus líderes políticos para que cedieran a las reivindicaciones salariales de la Envidia. Triunfante y amparada por un contrato blindado y vitalicio, volvió para quedarse.

2 comments:

  1. Viva la envidia!!! Qué aburrido sería el mundo sin ella…

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  2. Qué envidia de relato. Quién sabe, más tarde quizás pacten un contrato temporal para ella o retrasen su jubilación.

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